Plaza de Mina

Una de las plazas más emblemáticas y concurridas de la ciudad


Situada en los terrenos anteriormente ocupados por la huerta y la enfermería del Convento de San Francisco

De estética decimonónica, esta plaza data de 1.838. Debe su nombre a la estatua de Francisco Espoz y Mina, héroe de la Guerra de la Independencia y que más tarde luchó contra el Rey Fernando VII al frente del Ejército Liberal, que durante mucho tiempo ocupó el círculo central de la Plaza.

Plano de la Plaza

La Plaza de Mina constituye una de las plazas más emblemáticas de la ciudad y de las más concurridas por los gaditanos de todas las edades, siendo testigo de la memoria de la ciudad en los últimos dos siglos. Contiene algunos árboles ornamentales y monumentales en sus diversas divisiones y parterres. Forma parte de los jardines históricos de Cádiz.

Su planta es cuadrangular y se organiza en torno a una glorieta central, de la que parten caminos radiales que comunican con un ancho paseo perimetral delimitado por árboles y bancos con respaldo de forja, farolas centrales de hierro fundido, y una zona central dividida en parterres asimétricos, separados entre sí por pasillos, en algunos casos flanqueados por barandillas de mármol y plazoletas, quedando en el centro un círculo más despejado, que en un principio estuvo ocupado por la estatua de Francisco Espoz y Mina y que, posteriormente,  durante mucho tiempo, ocupó un templete en el que se daban conciertos. Dicho templete fue eliminado durante su última remodelación en 1991 y fue sustituido por una gran farola de forja.

La Plaza de Mina en su perímetro exterior está conformada por cuatro alineaciones de diversas especies, entre las que destacan, por su porte y singularidad varios ejemplares de pino carrasco (Pinus halepensis) de aproximadamente 100 años, diversos ejemplares de árbol de fuego (Brachychiton acerifolius), plátanos de sombra (Platanus hybrida), árbol del cielo (Ailanthus altíssima) o de árbol botella (Brachychiton populneus). Así mismo, destacan por su gran belleza en floración los ejemplares existentes de flamboyán (Delonix regia).

En la delantera del Museo Provincial, se encuentran dos magníficos laureles de indias (Ficus nitida, Ficus microcarpa) de 100 años y de butia (Butia capitata).

La alineación interior de la plaza está conformada en su mayoría por jacarandas (Jacaranda minosifolia).

Por otra parte, la Plaza de Mina está rodeada de majestuosas casas construidas entre los siglos XVIII y XIX y que representan la arquitectura burguesa del Cádiz de esa época, recogiendo una gran variedad de estilos arquitectónicos. Algunas muestran influencias barrocas y otras de estilo neoclásico tardío, aunque la mayoría son de estilo isabelino.

Entre los edificios más representativos de la Plaza de Mina destacan el del Museo de Cádiz, diseñado en 1838 según los cánones estéticos neoclásicos del arquitecto Juan Daura y el nº6 o Casa Pinillos, que acoge también dependencias del Museo de Cádiz, y que es una casa barroca del siglo XVIII que conserva muchos elementos de su estructura original.

En el número 3 de la Plaza de Mina, una lápida conmemorativa nos recuerda que en esta casa nació el 23 de noviembre de 1876 el músico y compositor gaditano Manuel de Falla. En el nº 12 nació el geólogo José Macpherson y Hemas, primera autoridad de la época en la materia y científico reconocido mundialmente. En el número 8 vivió Ana de Viya Jáuregui, gaditana que destinó casi todo su capital a obras de caridad y a socorrer a los gaditanos más necesitados y que fue la fundadora de las Escuelas Profesionales Salesianas y en los números 17 y 18 estuvo el cipayos, que fue uno de los mejores establecimientos de esta índole en Cádiz y que luego se trasladó a su actual ubicación en la Plaza de San Francisco.

Plano de la Plaza

La Plaza de Mina se crea a mediados del siglo XIX, a partir de la urbanización de la primitiva huerta y enfermería del Convento San Francisco, una vez convertida en espacio público tras la Desamortización de Mendizábal. Se construyó en 1838 y los ayuntamientos de 1841 y 1842 verificaron las obras de ornato, lo que llevaron a cabo con tanta diligencia y esmero, que “publicadas las cuentas el 25 de Noviembre, viose que solo había costado 178.272 reales de vellón con 20 maravedies”. Empezó el proyecto el prestigioso arquitecto portuense Torcuato Benjumeda y los trabajos continuaron posteriormente bajo la dirección y planos de Juan Daura, quedando la plaza estructurada en forma cuadrada con cuatro calles diagonales que se cruzaban en el centro formando una glorieta, destinándose el espacio de entre calles a jardines.

A falta de dinero municipal la obra hubo de financiarse con fondos recaudados de los materiales de derribo de la antigua enfermería pública y de la aportación de los propios vecinos de la plaza. Una vez acabada, la Corporación Municipal decidió colocar en el centro una estatua del general Espoz y Mina, héroe de la guerra de la Independencia, hoy desaparecida.

Francisco Espoz y Mina, nació en 1781 y falleció en 1836. Fue un valiente guerrillero durante la guerra de independencia contra Francia. Finalizada la guerra en 1814 con la retirada del ejército francés y la vuelta de Fernando VII, se opuso a la disolución de la guerrilla y la restauración del régimen absolutista, colocándose de parte de la causa liberal junto al General Rafael del Riego. Así, encabezó una conspiración en Pamplona (1814), en un intento fallido de proclamar la Constitución de 1812. Fracasada la intentona, tuvo que refugiarse en Francia. Fue uno de los pocos generales que hizo frente al duque de Angulema, cuando entró en España al frente de los “Cien Mil Hijos de San Luis” para restaurar el régimen absolutista de Fernando VII. Tuvo que capitular en noviembre de 1823, huyendo a Inglaterra, para instalarse después en París.  La reina regente María Cristina de Borbón le reconoció su graduación militar, y lo nombró Virrey de Navarra durante las guerras carlistas, renunciando a este cargo posteriormente y pasando a ocupar la capitanía general de Cataluña donde contendría varios rebrotes carlistas hasta su muerte en Barcelona en 1836.

El nombre de la plaza viene de este general, ya que siempre se llamó Plaza General Espoz y Mina pero con el tiempo,  se fue perdiendo la primera parte del nombre pasando a ser conocida simplemente como Plaza de Mina. En 1937, el Ayuntamiento de Cádiz, acuerda ponerle el nombre de “Plaza del Generalísimo Franco”, aunque se la siguió conociendo por “Plaza de Mina”, nombre que ha perdurado hasta la actualidad.

La plaza original, cuyo perímetro exterior era igual al actual, tenía entonces tres hileras de árboles, que formaban dos calles embaldosadas, cerrada por asientos de material y respaldos de hierro fundido, que fueron traídos de Sevilla. Además, por todo su interior había un ancho emparrado de hierro, quedando el centro del paseo con un empedrado.

A lo largo de los años ha ido sufriendo ligeras remodelaciones, adaptándose a los gustos de cada época. Buen ejemplo de ello lo tenemos en los bancos. Inicialmente eran de hierro fundido; posteriormente se instalaron otros de mármol, siendo hoy en día de piedra.

En 1861, se hicieron dos jardines, con una plataforma o tablado para la música y se quitaron los emparrados. Posteriormente se quitó la plataforma y se construyó una fuente con ancho pilón, que con el tiempo fue sustituida por un parterre con una gran azucaira en su centro.

En 1897 siendo alcalde don Benito Arroyo, se hizo otra transformación de la plaza, para darle una configuración más moderna y acorde con las corrientes urbanísticas de la época.

El centro de la plaza ha sido el que más cambios ha sufrido. Se pensó en hacer un quiosco para la música, y se construyó un templete que con el tiempo fue reformado. Se quitó la losa de hormigón que lo cubría y en su lugar se puso una bóveda. Al cabo del tiempo este templete que se hallaba abandonado se retiró y actualmente hay un parterre central con una gran farola. Antes estuvo allí colocado un candelabro, trasladado después a la Plaza de Loreto (Hoy Plaza de San Francisco) y de esta a la Plaza de la Merced, y los jardines estaban cerrados por barandillas de hierro. También, cierta época, eran cerradas de noche sus calles por ligeras verjas.

Aprovechando también espacios desamortizados a los franciscanos, en el ala de un claustro, el arquitecto Juan Daura levantó el edificio que acogió hasta hace poco a la Academia de Bellas Artes, parte del Museo Provincial de Cádiz y la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. De marcado sentido horizontal,  la fachada del Museo de Cádiz, que ocupa todo un frente de la plaza, ofrece un ordenado y simétrico conjunto de vanos a la vez que concentra la escasa ornamentación en la puerta de acceso. De estilo neoclásico, se inauguró como Academia de Bellas Artes en 1838.

Plano de la Plaza

En el interior de los jardines de la Plaza de Mina se encuentra una gran variedad de especies botánicas, donde destacan entre otros los siguientes ejemplares:

 

Higuera australiana (Ficus macrophylla, Ficus macrocarpa) de más de 80 años.

Pino carrasco (Pinus halepensis) de 100 años.

Almez (Celtis australis) de 100 años.

Latania (Livistona chinensis) de 100 años.

Kentia (Howea forsteriana) de 80 años.

Jacaranda (Jacaranda mimosifolia) de 100 años

Madroño (Arbutus unedo) de 100 años

Aralia (Oreopanax capitatus) de 80 años

Palmera datilera  (Phoenix dactylifera) de 100 años

Palmera de California (Whashingtonia filifera) de 80

Palo borracho (Ceiba speciosa, Chorisia speciosa)

El resto de especies que conforman la Plaza de Mina son, entre otras:

 

Furcrea (Furcraea selloana)

Falsa acacia (Robinia psudoacacia)

Tipuana (Tipuana speciosa)

Araucaria (Araucaria bidwilli)

Magnolio (Magnolia grandiflora)

Ágave (Agave americana)

Coco plumoso (Arecastrum romanzoffianum)

Cordilina (Cordyline australis)

Cica (Cycas revoluta)

 

Palmera canaria (Phoenix canariensis)

Yuca (Yucca elephantipes)

Falso pimentero (Schinus molle)

Corifa (Livistona australis)

Olivo (Olea europaea)

Palmera datilera (Phoenix dactylifera)

Cheflera (Schefflera arborícola)

Ave del paraíso (Sterlitzia reginae)

Casuarinas (Casuarina equisetifolia)

También son característicos de esta Plaza de Mina ejemplares de  Flor de pascua (Euphorbia pulcherrima) y Damas de noche (Cestrum nocturnum), arbusto este de un intenso aroma que ha acompañado históricamente en la memoria sensorial de los gaditanos en los jardines históricos de Cádiz.

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